1º. A partir de los objetivos y contenidos
que se pretende trabajar, decidimos actividades para conseguir unos objetivos.
Las actividades tienen que resultar interesantes y motivadoras para los niños.
2º. A partir de una intuición es frecuente
que se nos ocurran de forma espontánea algunas actividades, o que el día a día
nos proporcione algún acontecimiento que hay que aprovechar. Habría que cuidar
su conexión con los objetivos y contenidos previstos.
3º. A partir de actividades propuestas por diferentes
publicaciones. Existen libros de
metodología o de texto para pequeños. Se trata de analizarlas críticamente y
seleccionar las que responden de forma coherente a nuestro enfoque y
programación.
4º. A partir de nuestro fichero de actividades recopilar y ordenar las mejores actividades que hemos
ido realizando a lo largo de nuestra experiencia profesional.
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